lunes, 7 de diciembre de 2015

Qué es para mi ser Templario, por Paco Avilés


Ser murciano y estar orgulloso de serlo es el primer paso para decidir colaborar en las actividades  y fiestas que se desarrollan en la ciudad.

Ser católico y amante de la unidad familiar son  características para decidir en qué cosas participar.

Con estos principios, cuando la vida me lleva a vivir de nuevo en Murcia en el año 2002 se me presenta la oportunidad de participar en las fiestas de moros  y cristianos de ésta, mi ciudad. En ese  momento tengo claro que en caso de hacerlo, debe ser en un grupo cristiano, ¡demasiados moros hay  ya!

 Me fijo en el nombre de Templarios, del que mi hermano Cele ya se siente orgulloso, así como el misterio y leyenda que rodea a dicha orden.

Cuando me presentan en el grupo a las personas que lo componen, es cuando pongo mi mejor sonrisa con la esperanza de que me acepten, y unos días después soy, con mi mochila, aceptado.

¡Me gustó!

Desde ese momento soy templario y estoy muy orgulloso de serlo. Pertenecer a un grupo donde la solidaridad, la familia, el compañerismo o el respeto son cualidades que TODOS los  componentes del grupo esgrimen como bandera tras el símbolo de la cruz.

¡Me gusta!

Otro elemento, que me engancha a ser templario es la  edad. Hay  miembros del grupo con más de 60 años, miembros con menos de un  año y un grupo importante que está entre los 15 y 30 años, los cuales transmiten alegría, juventud, inteligencia, y una nueva visión de la fiesta y el trabajo en equipo  que hace al grupo ser algo especial.

¡Me gusta!

 Se ha logrado que la diferencia de edad entre todos los  componentes sea  un valor de aprendizaje y respeto, también ha permitido que, al haber diferentes grupos generacionales, todos los componentes de mi  familia estén encantados, algo fundamental!

¡Nos gusta!

Con todos estos ingredientes, la fiesta es el principio de unión y la explosión del júbilo creado día a día.
¡Sí! , ¡SOMOS  TEMPLARIOS!
¡VIVA MURCIA!

¡VIVA EL TEMPLE!