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| Luis García Martínez |
Ahí empezó mi andadura festera… No conocía
ni la Fiesta, ni la Historia, ni quiénes eran estos guerreros, pero
lógicamente, al meterme en este tema, ese mismo año la curiosidad me hizo profundizar
algo en lo que habían sido esos monjes-guerreros y me fui interesando por su
historia, su vestimenta, sus hechos… y así me fui enamorando de esta
interesante y rompedora Orden; fueron surgiendo después los primeros trajes que
nos confeccionaron, las armas que nos hicimos, etc.Todo estaba basado en su auténtica vestimenta. Desde
entonces, esas túnicas y sobre todo esa cruz, también muy relacionada con mi
cruz de Caravaca, ha calado en mi corazón de tal forma que ya no podría
pertenecer a ningún otro Grupo festero que no fuera el de Los Templarios, por lo
tanto al venirme a vivir a Murcia y encontrarme con un Grupo del Temple, me
enrolé en el mismo y hoy me siento orgulloso de pertenecer a ellos. Formamos
una gran hermandad en la que todos somos iguales, sin tener en cuenta la edad
ni la clase social, donde componemos una gran familia “bastante bien avenida”.
