sábado, 6 de junio de 2015

Mis experiencias festeras. Manuel Pérez Fernández Presidente de Moros Almohades de Murcia



Me piden, que haga un escrito, en donde cuente mis experiencias festeras, así como el significado que tiene la fiesta para mí. Como ya he dicho en algún otro artículo, no me considero una persona ducha en tales cometidos, aunque, si en vez de con la cabeza, escribo con el corazón, pues puede ser que salga algo. Que aun siendo algunas de las muchas experiencias que he vivido, éstas han sido como un si de un cuento se tratase. 


Como todo cuento, debería empezarlo con aquello con lo que empezaban los cuentos que de niños nos contaban: érase una vez un chico de 22 años, que habiendo tenido conocimiento de que en su ciudad se celebraban unas fiestas basadas en la historia de Murcia, donde se conmemoraba la fundación de la ciudad de Murcia, decidió acercarse a fin de descubrir cómo se vivían esas desconocidas fiestas que se hacían llamar de Moros y Cristianos, allá por el año 1991.


Pues bien, fue en el año 1992 cuando decidió formar parte de la Kabila Abenmardenix “El Rey Lobo”. Coincidió, que aquel año esta Kabila vivía su año de reinado, siendo representado el Rey Aben Hud de Murcia por D. Antonio Sánchez Carrillo, quien llevaba como favoritas a sus hijas. Aquel año, vivió nuestro protagonista unas fiestas intensas y disfrutadas al máximo pues, como todos sabemos, el año de reinado es un año especial, a pesar de ser todavía una fiesta muy joven y desconocida para el viandante.


Recuerdo de aquel año, entre otras, que se organizó para el domingo siguiente al desfile una diana festera que dio su comienzo a las 7:00 horas de la mañana. Sí, he dicho bien, con la amanecida del día. Aquella diana no debió de tener muy buena acogida, pues al año siguiente no se repitió. Y es que, creo recordar, que aquello quería evocar a las dianas festeras de pueblos como Alcoy, Villena, Elda, etc. las cuales tienen un significado de despertar al pueblo para decirle que la fiesta empieza y con ella una mañana llena de actividades festera. En nuestro caso, no sé cuál fue el significado, pero creo entender que era para decirle a Murcia: 


“bueno nosotros ya nos hemos pegado la fiesta esta noche y ahora os despertamos y nos vamos a dormir”. 


Recuerdo de aquellos años que la cena medieval se hacía en el jueves anterior al viernes del pasacalles. Aquello me planteó alguna duda, pues ese jueves no se abría al público el campamento. De aquellos años recuerdo que las fiestas nocturnas solían finalizar en alguna conocida discoteca del centro ya desaparecida,  Ditirambo, Bugatti y la Plaza del Agua (esta última, cuartelillo oficioso de algún que otro grupo festero y testigo de muchas juergas festeras). 


1993 fue el año en que se abrió al público el campamento festero, dando a los murcianos otro tipo de imagen, más abierta de la que hasta entonces se daba. Por cierto, estábamos en San Esteban. Fue en 1993 cuando, gracias a mi buen amigo Ricardo Morejón, debuté como cabo en el desfile de la entrada del Infante Alfonso. 


Recuerdo que fui elegido de una forma democrática y consensuada. Yo estaba esperando a que nos tocase el turno de salida en el desfile y no se presentó nuestro cabo, por motivos laborales. Entonces llegó Ricardo, junto con otro veterano socio, me pidió prestada el arma de escuadra que llevábamos aquel año, se la dio al otro socio  y puso en mis manos la gumia de cabo, así sin más. De esta forma empezó un oficio dentro de la fiesta, que desempeño desde ese día hasta la fecha de hoy.


Aquellos años tuve la oportunidad de poder desfilar en una escuadra de amigos de la UNDEF, en algunas poblaciones como Albatera, Santomera, Onil (en esta última de cristiano) y es que el festero, es Moro o es Cristiano, pero por encima de todo es FESTERO. 


Recuerdo, como anécdota, que en uno de estos desfiles, Santomera en concreto, estando en una recepción después del pregón de las fiestas de esta población y estableciendo conversación con un periodista de un diario regional, surgió la idea de proponer al entonces alcalde de Santomera y al sr. cura párroco su participación en el desfile. La historia era que el periodista no nos veía capaces de que estos dos personajes del pueblo, llegasen a participar en el desfile. 


Nosotros le dijimos que, a cambio, apostábamos que se comprometía el periodista a publicar una foto de la escuadra especial en la portada de la publicación del domingo, día siguiente al desfile. Al día siguiente salió la foto en la portada, pero lo más de esta historia es que las parroquianas cuando vieron al sacerdote vestido de moro no daban crédito a lo que estaban presenciando.


Fue en el año 1995 cuando se produjo la introducción de la música de discoteca en el campamento, con la intención de seguir la fiesta que montábamos fuera, dentro del campamento. Aquel año sólo la Kabila Abenmardenix tuvo música de discoteca el día de la inauguración del campamento. Al día siguiente ya eran varios los grupos que optaron por esta nueva modalidad. El problema vino, cuando todos nos pusimos con la música y toda distinta y cada vez más fuerte. Un problema que con los años se fue agravando y que gracias al sentido común y a la buena predisposición de todos los grupos de la Asamblea de la Federación, fue solucionado, unificando equipos y volumen. 


Fui Presidente de la Kabila Abenmardenix “el Rey Lobo” durante los años 1998 y 1999. En el año 1999 tuvo lugar el tercer reinado del Rey Lobo. En este caso recayó en la persona de Antonio Cánovas, “el Pajarito”. Tuve el honor de organizar este reinado, junto con la junta directiva que aquellos años llevaba las riendas de la Kabila. Guardo de él muy gratos recuerdos. 


Como datos a recordar de aquel reinado, en cuanto a decoración se hizo una réplica exacta de la antigua Puerta de Orihuela y se estrenó la marcha mora “El Rey Lobo”. 


En 2003, junto con un grupo de festeros amigos, fui fundador de la Kabila Moros Almohades de Murcia. Fui Alférez de los Almohades en el año 2004. 2006 fue un año de significativos cambios para la fiesta, debido al cambio de ubicación del campamento: pasaríamos de tener un lugar para nosotros solos  a formar parte de los Huertos del Malecón. 


En 2010 tuve el honor de representar la figura del Rey Moro Aben Hud, junto con mi hermana, que fue mi favorita. Para un festero el culmen de su vida en la fiesta es poder representar al cargo de su pueblo. 


En cuanto al sentido que tiene para mí la fiesta, si tuviésemos que hacer una pirámide de prioridades, para mí estaría definida de la siguiente forma: familia, trabajo y Moros y Cristianos.


La fiesta para mí ha sido una fuente de donde hemos bebido todos del agua de la amistad, de la camaradería. Una noria cuyo eje principal es la familia. Hoy por hoy, hay generaciones de los veintitantos que han nacido en el seno de la fiesta. Algunos de ellos ya forman parte de cargos de responsabilidad en sus grupos. Con lo cual uno llega a la conclusión de que se está produciendo un cambio generacional, por otra parte necesario para garantizar el futuro de nuestra fiesta. Porque para recordar el pasado ya estamos nosotros. 


Muchas gracias por leer estas líneas, que vienen a expresar la historia de aquel joven que conoció la fiesta por casualidad y que ahora se ha convertido en uno de los ejes principales de su vida. 


Manuel Pérez Fernández

Presidente de Moros Almohades de Murcia