lunes, 29 de febrero de 2016

¿Qué es para mí ser Templaria?, por Aurelia Peña Sáez

¿Qué es para mí ser Templaria?


Un día como hoy, febrero. Ya tenemos la música preparada, una “coreo” apropiada, por supuesto de tema medieval. Y es que el Teatro Romea nos espera, entre otros actos. Esto huela ya a Fiesta. Así es como abrimos todo un año de acontecimientos que suceden en el grupo al que pertenezco hace ya diez años.

Pero, ¡claro!, la culpa de encontrarme en todo este lío tiene un nombre, Pablo Monteagudo. Persona entrañable, que desde que nací me conoce. No ubicaría todos mis momentos festeros sin él, así que mi agradecimiento a esta persona, de enorme corazón y, sobre todo, gran persona. Gracias por todo, Pablo.

Y así, con el principio de lo que sería un año lleno de acontecimientos y con la misma ilusión vamos viviendo lo que es una programación de actos que llegan a su punto más alto en septiembre, momento en el que Murcia se entera de nuestra puesta en escena en cuanto a desfiles, vestuarios, convivencias,…

Fue el 2008, un año muy marcado en mi trayectoria - todavía en mis comienzos de este entramado de sensaciones – cuando tuve la oportunidad de vivir algo espectacular, mi papel de dama doña Violante, junto a mi marido, como Infante Alfonso, acompañándonos nuestras hijas en cada acto. Lo recuerdo como algo especial, único e irrepetible. Ese mismo año, la creación del Ballet Templario. Aquí doy las gracias a todos los que han participado y hemos compartido esos nervios con ilusión y seguimos haciéndolo. Gracias a vosotros por la confianza que me brindáis.

Volviendo al título de este escrito,… pues ser Templaria es todo esto. Sentir que se acerca la música, los momentos de convivencia por pasar ratitos buenos en compañía especial. Sentir cada año que mi casa se transforma en perchas colgadas de las puertas con trajes medievales que iremos luciendo según la ocasión, que mis hijas vibran con todo lo relacionado con esta Fiesta, donde el protagonismo en mi casa son Moros y Cristianos.

Lo más importante: siento que, como Templaria, estoy rodeada de un halo especial que me tiene enamorada, desde que oigo esa marcha cristiana y veo esos trajes nuestros, esas personas maravillosas que encandilan a su alrededor, y… finalmente, después de un año tan especial con nuestros queridos reyes, Celes y Teresa,… no puedo más que decir que me encanta vivir esta experiencia en este gran grupo. Me siento así, Templaria de lujo, y desde el primer día que conocí de qué iba esto tenía una cosa clara: “soy feliz y quiero seguir siendo, y para ello seguiré siendo Templaria.”

Aurelia Peña Sáez