¿Qué es para mí ser Templario?
Felipe Romero y Aisca Romero
CUARTEL DEL TEMPLE. EL COMIENZO
Quiero hacer
memoria de los años pasados en el grupo templarios para que estos pequeños
recuerdos no se pierdan como una gota de agua en la lluvia. Y con ello, recoger
cuál ha sido y es el espíritu del Cuartel del Temple de Murcia. Son retazos de
los comienzos y tiempos antiguos del Temple. Los he hecho circular, como hilo
conductor a través de una serie de personas que encarnan el sabor, la
inteligencia, la hermandad, la personalidad de este grupo que configura, como se nace y se materializa un
espíritu colectivo que le otorga la autentica personalidad a este grupo humano.
Recojo aquí
vivencias de personas que están o
estuvieron en el cuartel del Temple, y que viven o vivieron entre
nosotros conformando y legándonos con su actos, palabras y perfume la bondad,
el cariño, el valor, y tantas y tantas
cosas de lo que somos ahora.
Piedad, la recuerdo siempre con la
sonrisa en la cara, divertida, generosa, es sobrina de Pilar y ahora trabaja en
Madrid. Sé que nos recuerda en las fiestas y sé que desfila con nosotros. Y también cómo sigue bailando en un restaurante en el camino de Hilandario,
mientras cantaba “la de la mochila azul”.
La madrina, deliciosa anciana, de elegante
porte, de dulce sonrisa. Siempre nos asistía, nos acompañaba en los
preparativos de los desfiles y siempre tuvo palabras amables. Siempre siento su
mirada cuando nos preparamos para desfilar. Y cuando todavía hoy la mano
amiga de Pablo me ayuda a componer mi
uniformidad, indefectiblemente incompleta y desordenada. Y sé que sigue
ayudándonos en la preparación de los desfiles
Sixto, muchos de vosotros no lo
recordaréis. Y aunque no era miembro del cuartel del Temple quiero recordarlo
aquí para recoger la hermandad que siempre nos unió con el cuartel de los mozárabes,
grupo de ascendencia alcoyana, que nos trajeron lo mejor de las tradiciones de
las fiestas de moros y cristianos del levante español. Gracias a ellos
tenemos la música festera, las
tradiciones del grupo, la cena del pobre, y los aplausos de su mujer que
todavía hoy nos enorgullecemos en recibir por ser de ella de quien vienen. Para
mi la memoria de Sixto siempre me alegra al desfilar por la
Gran Vía ,
al preparar la “mentireta” para antes del desfile, y cuando me siento
cansado, después de los desfiles, en el campamento como el se sentaba con una
cara de felicidad que Sixto me contagió.
Antonio Lillo, Isabel, Inma, sus hijas y
Tina, su mujer, ¡cómo no recordarlos! En una noche veraniega cuando
tratábamos de aprender a desfilar en el aparcamiento del restaurante “El Alias”. Con Antonio el del
Alias, también templario. Donde utilizábamos un tablón de obra, que pesaba como
el mismo demonio y que sostenía las compas que nos estábamos tomando, para
conservar recta la fila y conseguir hacerla girar sin perder la formación. Hoy siguen con nosotros.
Miguel Tarín fue el gran embajador
cristiano, muchos años intervino en la representación de la entrega de llaves.
También lo recuerdo vestido de monje en unos de los desfiles. Y en el magnífico
mandoble que le propinó a un moro que importunaba a una belleza cristiana.
Nadie tan caballero y cumplido. Amigo de sus amigos. Señor para criado y
parientes. Enemigo de enemigos, y maestro de esforzados y valientes.
Son muchas de
las personas que vuelan y combaten en la
mesnada templaria, muchos más podría recordar, cientos de anécdotas. Y sólo
quiero contaros una auténticamente memorable. Protagonizada por la mayoría del
cuartel. La tengo fijada en mi recuerdo, asociada a la delegación de Hacienda, en la Gran vía, cuando
improvisamos un desfile a las 4 de la mañana acompañados por la música de la
Primitiva de Alcoy, desde el antiguo campamento de San Esteban hasta el Siete
Coronas, donde se encontraba la Peña Rociera, junto a todos los festeros.
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| Felipe Romero y su hija Aisca |
De
todas formas estos retazos de ayer y hoy
quieren incluir a una persona. Por estar aquí desde el principio, porque es
para mí y para todo el Temple un auténtico orgullo nombrarla, porque en
definitiva con una magia especial ha sabido reunir a este grupo de amigos, de
caballeros, de valientes, de hermanos: Pilar.
Y porque entre
todos y cada uno de nosotros, desde los más antiguos a Tiago el más moderno, hemos sabido recoger
el espíritu del Temple. Que no es otra cosa que un conjunto de valores:
inteligencia, valentía, trabajo, bondad, …. Que puede resumirse en una sola
exigencia, que no ha sido impuesta y que nace del corazón de cada uno de
nosotros, el estar pendientes cuando nos
reunimos de la felicidad de todos y cada uno de los demás.
Y esto, aunque
increíble por lo simple resulta esplendorosamente verdadero, elemental como las
amapolas del desierto.
CUARTE DEL TEMPLE: EL FUTURO.
LOS
MEJORES, TEMPLARIOS
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| Aisca Romero a la izquierda, desfilando por la Gran Vía de Murcia |
Me
llamo Aisca. Soy una templaria desde 2006. Me acuerdo una de las primeras veces
que salí en templarios con mi padre, tendría yo unos 2 ó 3 años, iba vestida
con mi precioso traje de gala saludando y riéndome (me lo pasaba tan bien)
Otra de las veces tendría yo unos
nueve años y ya salía en la escuadra de los niños pequeños y ese mismo año, por
primera vez, salía mi prima Nuria ella y yo no sabíamos muy bien que hacer pero
nos pasamos genial!!
Pero mucho antes de eso bailaba
en el balé de mis queridos templarios dirigido por
Aurelia, una de las mejores maestras y templarias del mundo. Esto fue una de
las veces hace poco que bailamos.
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| A la derecha, Aisca, tras el baile en el campamento medieval |


