Que
es para mí ser Templaria
Me siento muy cautivada por las Fiestas de Moros y Cristianos.
Nunca antes las había conocido, pero “nos tropezamos” allá por 1983, cuando me
invitaron a participar en la que, con motivo de festejar la fundación de la
ciudad de Murcia, se estaba empezando a formar. Aceptada esa invitación,
comencé a aprender cómo eran estos festejos. Lo primero que me entusiasmó fue
su música, después la camaradería que existía
entre todos aquellos primeros moros y cristianos. Tuve la suerte de trabajar desde sus comicios
en lo que se quería que fuera esta Fiesta, desde todos sus aspectos tanto desde
el histórico, el cultural cómo desde su
parte lúdica; siempre he colaborado para que nuestra Fiesta fuese una “buena e
interesante Fiesta”.
También por
“causalidad” mi entrada en la Fiesta fue a través del Grupo denominado “Cuartel
de los Caballeros del Temple”, allí formamos una amistosa familia llena de
entusiasmo y ganas de pasárnoslo muy bien. Conocí gente nueva y algunos de los
amigos que ya tenía se unieron a este Grupo. A lo largo de estos años han ido entrando
y saliendo del Grupo muchas personas, pero con todas ellas, tanto las que hemos
seguido dentro como con los que se han ido, ha quedado como una especie de
complicidad y compromiso compartido que hace que nos relacionemos de una forma
especial. Es algo similar a un sentido de hermandad que no siendo tangible cada
uno de nosotros reconocemos
Para mi representa un orgullo “ser Templaria”, lo siento como
algo muy mío, vestir nuestro uniforme es un honor, cuando ves a tus hijos o
nietos vestidos con él las lágrimas de alegría te inundan los ojos. Y, para qué
contar, cuando no participas en los desfiles o pasacalles y ves llegar a tu
Grupo, te emocionas, piensas que “somos” los mejores y también las lágrimas
andan descontroladas. En fin, qué decir más, pues eso: ¡QUE POR SIEMPRE VIVA EL
TEMPLE!.
Mª
del Pilar de las Heras Turleque
